A TODOS LOS QUE ENTREIS POR PRIMERA VEZ, IR A LA ENTRADA DEL 22 DE FEBRERO, DONDE PIDO AYUDA MÉDICA, MEDIANTE INFORMES, CONTACTOS, TLFNOS...
CUALQUIER COSA SERÁ BIEN RECIBIDA.
LOS QUE SEPÁIS ALGO, DEJARME LOS DATOS EN ESTA ENTRADA.
GRACIAS A TOD@S.
Por aquellas épocas y
bajo una educación católica, hacíamos la primera comunión a la edad de 7 años,
cosa imposible hoy en día, en que se
piden los 9 años cumplidos.
Al ser la 5ª de 10 hermanos y la segunda de las chicas, me tocaba hacer la comunión con
mi hermana mayor: Pachi, quien ella con 8 y yo con 7, celebramos juntas dicho evento.
Con la simplicidad de mis 7 años, estaba convencida de que tras recibir la
primera comunión, se iba a producir un cambio radical en mí: ¡sería una buena niña!
¡No haría más trastadas! ¡Sería perfecta!
Estaba totalmente convencida de ello, la educación recibida
por aquel entonces, dejaba su huella en mi personita: ¡Cambiaría y sería otra!
Para tal día, nos prepararon durante un año: catequesis y el
rezo del misal, estaban entre nuestras obligaciones. Con velo, acudíamos a las
primeras misas, donde unas palabras en latín, me dejaban algo confusa y sin
gran entendimiento de lo que realmente nos decían.
Aún así: ¡ yo
cambiaría !, estaba convencida de ello y con esa ilusión de que iba a ser
“buena”, iban transcurriendo los días, hasta que a principios de junio, llegó
el día señalado.
Glorita Riveiro, la modista de la familia, se encargó de confeccionar los 2 vestidos exactamente iguales, preciosos. Con un pequeño velo, que salía del pelo, recogido éste en un moño y con una corona blanca de flores.
Con un pequeño misal forrado en seda blanca y un rosario de nácar,
fuimos a la Iglesia, donde D. Jesús, el párroco nuestro, celebró el sacramento.
Pero no experimenté ningún cambio, esperaba algo…pero nada
ocurría, seguía siendo la misma de siempre; con pesar y tristeza, confié en que
en los días venideros se produjese el milagro: yo sería una buena niña.
No fue así, seguí siendo una niña normal, traviesa y activa,
cariñosa y muy unida a Nieves y a los míos.
FOTO DE LAS BROCHETAS
Ese día, tras la ceremonia religiosa, tuvo lugar la fiesta
nuestra. Éramos muchos, muchos niños y niñas, corriendo por el jardín de Vista
Alegre.Tras mudarnos de ropa, nos vistieron con un traje camisero de seda con rayas verticales en vivos colores.
Una coleta y estábamos listas para empezar nuestra fiesta. ¡Abrir regalos!
Eran muchos, de algunos ni me acuerdo, pero otros me quedaron grabados: un reloj suizo por parte mi abuela Pacita, una sortija de oro con una perla de mi Tia Elenita, una medalla de la virgen de los milagros, rodeada de perlas de mi bisabuela Elena, pulseras de plata con formato de aros, marcos de plata de fotos, medallas de la virgen…y una medalla en nácar y platino, de la virgen María, regalo de mi madre, con pequeños brillantes en la aureola.
La emoción de ese día, creo que nos impedía razonar
coherentemente, entre regalos, vestidos y la fiesta, no cabíamos de gozo.
Tras la merienda, abundante y magnífica, llegó la hora del
helado.
Enormes cubetas de helado de limón, se iban abriendo y
repartiendo entre todos los niños, los mayores iban depositando bolas de helado
sobre cucuruchos de galleta crujiente. Era algo magnífico.
Increíble es pensar que entre tanta cosa, quede en la
memoria el sabor de un helado de limón, un vestido de rayas y unos regalos.
Los mayores, tíos, primos y mi bisabuela Elena, no paraban
de hablar y de mirarnos. Debíamos ser, todo un espectáculo.

Seguí siendo la niña de siempre, “la Bola”.
FOTO DEL TOMILLO LIMÓN
Os dejo un helado,no de limón que me parece muy fácil, pero si un sorbete de mango y piña, con brochetas de los mismos ingredientes.
Es una delicia y es distinto.
Disfrutarlo.
BROCHETAS DE MANGO Y PIÑA AL TOMILLO LIMÓN Y SU SORBETE
Para las brochetas:
500 gr. de piña + 500 gr. de mango +
4 vainas de vainilla seca + 2 ramitas de tomillo limón
Para el sorbete de piña y mango:
250 gr. de agua + 60 gr. de azúcar + 1 clara de huevo + 300 gr. de piña + 150 gr. de mango
250 gr. de agua + 60 gr. de azúcar + 1 clara de huevo + 300 gr. de piña + 150 gr. de mango
1-
Cortar la piña y el mango en cuadraditos pequeños (2
* 2 cm .).
Hacerles un agujero en el centro e insertarles la ramita de vainilla seca; espolvorear con la flor de
tomillo limón.
2-
Para
el sorbete: Hervir
el agua con el azúcar, añadírsela a la piña y el mango previamente cortados.
Incrementar una cucharada de zumo de limón y la clara de huevo. Triturar todo
en la Thermomix
y dejar enfriar.
3-
Crujiente
de coco: calentar
la glucosa en micro, extender sobre silicona con pincel y espolvorear pon
encima coco rallado. Hornear a 170º C hasta que tome algo de color.
4-
Presentación: saltear las brochetas en mantequilla
clarificada y espolvorear con azúcar.
Reservar sobre papel absorbente.
5-
Presentarlas
superpuestas, sobre l quenelle de sorbete y sobre una rodaja de mango. Decorar
con el crujiente.
6- También se pueden intercalar cumquats (naranjas chinas), que le aportan un toque ácido y gajos de cítricos.
6- También se pueden intercalar cumquats (naranjas chinas), que le aportan un toque ácido y gajos de cítricos.
-
Acompañar
con vino Pedro Ximénez. Le va estupendamente.
Disfrutarlo!!!