MADRID, MIS 20 AÑOS Y EL CONGRIO AL ROMESCU

Tras la vuelta a Vigo, esta vez me siento distinta, alegre, casi sin problemas,  o al menos no me acuerdo de ellos…

Las horas, que esta vez han pasado como un soplo de viento, rozaron mis mejillas, dejando un calor que aun perdura y las ganas de volver a sentir esa extraña brisa en mis mejillas. 35 grados no son nada en comparación con lo vivido.

Mi escuela tenía otra perspectiva, mis alumnos otras caras, los árboles parecían más grandes…y finalmente llegué a la única  lógica conclusión de que era yo la que se sentía distinta. Mis ojos brillaban y siguen brillando como hace tiempo que no lo hacían, mi risa, esa risa medio loca que me sale de dentro, aflora sin motivos importantes, mis hijos me ven distinta, después de tantos meses de no ver la luz...ahora, el sol llena todo, me siento renovada, nueva, con ganas de emprender algo nuevo, de dejar constancia de mi presencia, de hacer que los demás también disfruten de este momento...

Ese sábado en Madrid, tan especial y entrañable, me dejó con ganas de mas.

¿seré caprichosa? me pregunto sin darle demasiada importancia a la respuesta.

Una idea que pasó por mi mente el sábado fue la de organizar en octubre una reunión gastronomita turística, visitar 4 o 5 sitios especiales en algo: hierbas, tes, chocolates, pastas…algo que fuese especial…con esa idea me vine y con ella pegada a mi espalda sigo. La maduro, la mastico y la devoro. La planeo y moldeo hora a hora...

Mis hijos, entre risas, me dicen” mamá, estás echada a perder….” Y ríen y ríen

Mi marido, "Josera"; un bendito que he tenido la suerte de que me tocase en la lotería del reparto de las parejas, me comenta: “¿otra más?”. Sí; pero a esta tú si que vienes ehhh!!!! digo riendo. Me mira de reojo...¿que estará pensando?

Hablamos…cuento las anécdotas, las risas, los chistes un pelin picantes en la tienda de hierbas de Spicy juli

, donde reímos a rato, y donde un joven actor, con funciones de dependiente temporal, nos atendió con toda amabilidad…hasta me hizo unos regalitos…uno de ellos unos  tés, que saboreo sin parar desde que llegué.

La compañía del gupo, grata, entrañable, me transportaron a la época de mis 20 años, cuando no tenía más problemas que mis exámenes en la universidad y salir a pasármelo bien. Volví a sentirme casi con los mismos 20 años.

A pesar de haber subido casi 10 kilos (los medicamentos y el reposo han tenido la culpa), me sentía flotar como si fuese una pluma…

Y en esos 20 años, recuerdo un  plato que por aquella época se tomaba con frecuencia en mi casa: 

“EL CONGRIO AL ROMESCU”

Puede que estos momentos vivídos en Madrid, me hayan llevado a mis 20 años, sin problemas (solo estudiar), salir, entrar, reír…y tomarme este plato que considero una exquisitez.

En agradecimiento a todos os lo dedico y  “PREPARAROS PARA OCTUBRE, SERÁ LA SEGUNDA QUEDADA BLOGUERA: TURÍSTICA GASTRONÓMICA” (había que buscar un nombre que impactase jaja)

CONGRIO AL ROMESCU

INGREDIENTES:

-   1 Kg. De congrio abierto, el cerrado tiene muchas espinas.

-   ¼ litro de aceite de oliva

-   10 almendras, 10 avellanas y unos piñones.

-   1 chda. de tomate concentrado

-   4 pimientos de romesco o un pimiento rojo grande y dulce y medio pequeño y fuerte

-   1 rebanada de pan

-   3 dientes de ajo

-   Una guindilla pequeña

-   Un vaso de vino blanco bueno (del priorato mejor) y una copa de coñac

-   ¼ litro de caldo de marisco o fumet y sal

PREPARACIÓN:

-         Se lavan las rodajas de congrio, el cual debe ser abierto ya que tiene menos espinas y le ponemos sal y pimienta. Lo colocamos sobre una tabla inclinada para que escurra.

-         Preparamos la salsa, para ello secamos los pimientos que habremos tenido en remojo o de no tener esos pimientos, usaremos los pimientos normales y los picaremos para sofreírlos después. Freímos el pan, los ajos, los pimientos, las almendras, las avellanas, y los piñones, todo de uno en uno y lo vamos sacan do y pasando a un mortero, donde machacaremos todo.

-         Ponemos una cazuela de barro al fuego con algo de aceite y le añadimos todo lo del mortero con el caldo, lo dejamos hervir y le añadimos el coñac y después el vino.

-         Picamos la guindilla y se la añadimos a la cazuela.

-         Dejamos cocer unos 5 minutos y ponemos el pescado en la cazuela dejándolo cocer unos 20 minutos.

-         Se debe dejar reposar antes de tomar.

NOTAS:

conservación:

Se puede congelar unos 3 meses y en la nevera aguanta 1 ó 2 días.

 

 También se puede hacer la víspera y calentarlo en le momento de llevarlo a la mesa.